La historia de Pulcino

Esta es mi historia, una historia de superación y mucho amor…

Cuando nací me llamaron Pulcinello (Pulgarcito) porque era muy pequeño, luego lo fueron derivando a Pulcino, porque decían que parecía un pollito.

Naci en una camada de 9 cachorritos, parece que mi placenta no se implantó en el mejor lugar y no maduré como mis hermanos. Cuando nací quise comer pero no podía, mis padres humanos llamaron al veterinario porque tenía el paladar abierto y les recomendó dormirme, consultaron a otro y les dijo también que era inútil, que en el mejor de los casos aguantaría unos días o semanas pero que al final no saldría adelante, que seguro que además tendría otros problemas por ser inmaduro. Mami lloró mucho, ya le había pasado antes y era cierto que morían a los pocos días, no quería volver a sufrir, pero como siempre era incapaz de tomar esa decisión sin intentar darme una oportunidad.

Con un inhalador, antibióticos y una sonda fabricada en casa porque era demasiado pequeño, cada dos horas de día y de noche me alimentaban, yo me resistía al principio pues la sonda no me gustaba nada! Pero tenía tanta hambre que al final le cogí el truquillo al tubito ese. Me puse muy malito varias veces, con mucho moco y dificultad al respirar, me subía la fiebre y pensaban que quizás había llegado la hora.

Pero aunque pequeñito yo tenía una gran voluntad, y todo ese amor que recibía me daba fuerzas para luchar. Las amigas de mami me nombraron la mascota oficial del grupo y yo no podía defraudarlas!

Venian a ver a mis hermanos, tan gordotes y guapos, y de mi decían que era gracioso en el mejor de los casos. Yo estaba solo con mis padres humanos porque mis hermanos me pegaban, de vez en cuando con vigilancia me dejaban con ellos porque necesitaba relacionarme y yo intentaba jugar y morderles, pero al poco rato estaba agotado y buscaba los brazos de mami para dormir.

Decían que era raro, que no iba a crecer bien, nunca vieron un cachorro así quienes hablaban de mi en sus visitas. Pero mami decía que no era raro, que era especial.

A los dos meses parece que se había cerrado un poco el paladar y probaron a darme pienso, y como las bolas eran más grandes que el agujero podía comerlo!!! Se acabó la sonda para siempre!

Desde mi nacimiento ya han pasado 4 meses! Y dice mami que cada día estoy más guapo, tiene muchos perros campeones pero dice que su mayor orgullo soy yo! El pequeño gran Pulcino!!!!

Y ahora han pasado 7 años...y asi de feliz y mimado estoy con una familia que me adora, que suerte he tenido!